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Etiqueta


    Las listas de correo, como el e-mail, tienen una oscura tendencia a producir peleas y enganchones por lo que luego se revelan malentendidos pueriles. Siguen algunas reflexiones que creemos ayudan a evitarlas:

A. En cuanto al potencial de conflicto:
1. Los e-mails no tienen tono, por lo tanto mejor no escribir como se habla ni leer como se escucha.

2. Los e-mails se prestan a que nos envalentonemos y digamos cosas que no nos gustaría oírnos decir a la cara de un compañero.

3. Frecuentemente no se conocen a los miembros y por tanto, no se sabe si la relación previa entre dos personas de la lista permite ese trato.

B. En cuanto al contenido:
1. Hay mensajes privados y públicos. Podríamos reflexionar si es interesante el contenido para un colectivo antes de decir algo.

2. Como en todas las facetas de la vida, en las listas hay personas a las que les gusta figurar. Por tanto podemos exigirnos al menos "figurar" de una manera digna y útil.

C. En cuanto a la actitud:
1. Recordemos que ni la ciencia es la "verdad". Por tanto mejor no poner calificativos de los serio y contrastados que son las cosas que decimos. En nuestra moderada experiencia cuanto más eminencia se es, más tonterías se dicen simplemente porque se responden menos de ellas. Así pues, mails con la actitud " y lo mío que no valga" siempre son de agradecer.

2. Las listas que encontramos más interesantes son aquellas en que la gente es más de aprender y menos de enseñar.

Como última reflexión, las peleas en las listas hacen que miembros causen baja y por tanto se empobrece la lista, además de acabar con el esfuerzo personal y la ilusión de la persona que las ha puesto en marcha.

© Santiago Arnalich